DIETA MEDITERRÁNEA TRADICIONAL

¿Y donde queda la dieta mediterránea después de este decálogo?

Estas dos imágenes las he sacado de la presentación que uso en los cursos de cocina sana. Pueden servir de resumen (y,... aprovecho para volver a recomendároslos, son cursos muy completos, indicados para cualquier persona con interés en mejorar su alimentación cogiendo como base la Dieta Mediterránea Tradicional y reinterpretándola para adaptarla a sus necesidades. Puedes ponerte en contacto conmigo: nuria.renau@gmail.com  625100293)

La dieta mediterránea tradicional, la autentica :) se puede identificar con el decálogo (ver "Dos decalogos en uno"). La mayor parte de pueblos que se estudiaron a finales y principios de siglo, pueblos indígenas, que se observaban sanos y longevos, se alimentaban de este modo. Son  recomendaciones que coinciden con los modos de alimentación considerados hoy en día más saludables. La Dieta Mediterránea o las dietas orientales como las dietas tradicionales de China y Japón. 

¿Cuánto viviremos nosotros? Parece que mucho, con enfermedades crónicas y degenerativas pero muchos años. Cuanto vivirán nuestros hijos? Empiezan a decir que la edad media de vida va a bajar. Seguramente.

Y a mi no me importa tanto el cuanto si no el como. Yo me cuido para vivir mejor ahora y tenemos suerte porque si nos cuidamos hoy, estamos mejor ahora pero también luego. Y también porque una alimentación sana, biológica, tradicional no solo es buena para el colesterol, o para adelgazar, o para la artritis, o para no tener Alzheimer,... Yo me cuido para sentirme bien ahora y de paso me estoy protegiendo de todo eso. Reduzco muchísimo las posibilidades. Es como jugar a la lotería pero al revés gana quien tiene menos papeletas, gana quien no le toca.

Hace 300, 500, 2.000 años el azúcar estaba inventado pero no era de consumo habitual, lo cataba algún rey y en los días de fiesta. No había refrescos gaseosos, :) la harina se consumía integral o semiintegral, no se blanqueaba con lejias, al vinagre no se le añadían conservantes, ni a la sal antiapelmazantes, curiosamente servían para conservar otros productos...

Nuestros ancestros comían granos (cereales y legumbres), la base de la alimentación eran los pucheros o las ollas. Comían frutas y verduras de temporada. En los países del mediterráneo no había vacas, si ovejas y cabras. las ovejas más extendidas porque se comerciaba con su lana. Pero no las mataban para comer el domingo. Aprovechaban su leche, pero no daban mucha y no todo el año, y gran parte era para los corderos y cabritillos. De la que quedaba hacían queso. Hay un refrán que dice " Un queso al año no hace daño", bien distinto del de "una manzana al día, aleja al medico de por vida". Cuando se comía más carne, y eso el que tenía ganado, era cuando por ejemplo una cabra moría por accidente y de esos accidentes viene por ejemplo el "tombet"  de animal ya viejito.

Los huevos eran un lujo y también la carne de pollo y, no digamos la de animales mayores. Con un cerdo comía una familia numerosa, de las de antes, todo el año. Y eso los que tenían suerte. 

Muchos de nuestros abuelos vivieron algo parecido.

¿Cuánto viviremos nosotros? Parece que mucho, con enfermedades crónicas y degenerativas pero muchos años. Cuanto vivirán nuestros hijos? 

Estamos descubriendo los peligros del azúcar, la glucosa invertida, harinas refinadas, tóxicos, drogas y medicamentos, latas, precocinados, congelados, abuso de carnes de animales "enfermos", hormonados, etc

No sabemos como este tipo de vida puede afectar a personas que lo sufren desde que han nacido, desde antes incluso.

Nuestros abuelos se amantaron de una leche de gran calidad, de madres que respiraban aire limpio, que bebían agua sin cloro, sin nitratos. Y nuestros padres comieron muy pocas (por lo menos si las comparamos con las que comen nuestros hijos) golosinas, helados, leche pasteurizada, desgrasada, homogeneizada..., menos carne, y la que comían era de mejor calidad, no tomaron ibuprofeno antes casi de sentir dolor, ni la epiretal esa, ni abusaban de los antibióticos. Las madres tenían suerte no podían calentar un biberón de plástico en el micro, no tenían que elegir entre el daño por las quemaduras solares y el untar a sus hijos con cremas cuyos químicos se absorben a través de la piel, el pescado que comían no tenía mercurio.

El mundo es un laboratorio, veremos los resultados. 

La suerte es que cada vez más gente se da cuenta, que tenemos información y opciones, que el cuerpo humano, los animales, la naturaleza tienen una capacidad de aguante, adaptación, una resistencia, increíbles. Somos fuertes y podemos elegir.

Podemos hacer mucho. Por ejemplo, solo con que todos redujéramos el consumo de carne a la mitad y tomásemos esa carne de mejor calidad, mejoraría nuestra salud, puede que bajara el precio de los granos y su disponibilidad como alimento humano, aumentarían los pastos y piensos ecológicos, los animales no serían maltratados,....

No se me voy a dormir que ya estoy soñando ( se me ha hecho tarde)